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El milagro del vino chileno: cómo Chile se ha convertido en una potencia vinícola

Teniendo en cuenta que el negocio del vino fino sólo lleva 25 años funcionando en Chile, sorprende ver el éxito que se ha alcanzado en tan poco tiempo. Además de alcanzar una gran calidad con sus ejemplares, el país es el noveno productor mundial de vino y el primer exportador de América, y da muestras claras de que no piensa detenerse ahí.

Para ello, invierte en políticas de baja fiscalidad, valora la sostenibilidad en las bodegas y se dedica incansablemente a identificar las mejores regiones para cultivar sus viñedos, explorando técnicas de vinificación tradicionales y modernas. 

Por no hablar de su excepcional condición geográfica, que favorece la calidad del cultivo. He aquí algunos de los factores que convierten a los chilenos en auténticos héroes de la viticultura.

¿Cómo consiguen los chilenos producir vinos tan rentables?

Chile es un país privilegiado en cuanto a clima y situación geográfica para la producción de uvas de calidad, a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en Borgoña o la Serra Gaúcha, que tienen muchas dificultades para producir. 

Cuenta con una regularidad de amplitud térmica, lo que se traduce en horas de sol y el frío justo. Esto les permite mantener el volumen de producción año tras año, elaborando vinos de diversos estilos y precios.

¿Aplicar bajos impuestos ha ayudado a la producción?

Desde luego. Chile consigue producir un volumen de vinos tan considerable que necesita exportarlo, ya que el consumo en el país no es tan grande. Por esta razón, el gobierno ayuda con bajos impuestos.

Otro factor que influye en los altos volúmenes de exportación es la logística, ya que los fletes no tienen tanto impacto como los productos europeos y de Oceanía.

¿Qué posición ocupa Chile en el ranking de países productores de vino?

Según datos de la OIV (Organización Internacional de la Viña y el Vino), se estima que Chile es el noveno productor mundial de vino. Por delante se sitúan, en orden decreciente, Italia, Francia, España, Estados Unidos, Australia, Argentina, China y Sudáfrica.

¿Cuáles son las principales regiones vinícolas chilenas?

Sin duda, el Valle Central es la principal región productora, que engloba otros cuatro valles: Maipo, Rapel, Curicó y Maule.

¿Cuáles son los principales cambios que ha experimentado el mapa vitivinícola chileno desde 2011?

En realidad, el cambio comenzó a afianzarse en 2011 y de hecho fue incorporado por el Ministerio de Agricultura de Chile en septiembre de 2012. En este cambio, por primera vez, se hizo una división de este a oeste del país y se utilizaron los términos: Andes, Entre Cordilleras y Costa.

¿Con qué objetivo?

Destacar la diversidad del terroir chileno. Por ejemplo, Chile tiene más de 4,000 kilómetros de costa y esto infl uye directamente en las uvas que se cultivan más cerca del Océano

Pacífi co. Otro ejemplo es el Valle del Limarí, 400 kilómetros al norte de Santiago, que tiene una parte en la costa, otra en la región entre las Cordilleras y más cerca de los Andes.

Esto signifi ca que un mismo valle tiene terruños muy diferentes y Chile ha querido diferenciarlo. Este año se han creado cuatro nuevas denominaciones: Apalta, Los Lingues, Lo Abarca y Licantén. 

¿Barreras naturales como el desierto de Atacama y la cordillera de los Andes favorecen la producción de vino en Chile?

La Cordillera de los Andes, con su imponente altura y amplitud hacia el norte, dio origen al desierto de Atacama, considerado el más árido del mundo. Esta barrera natural impide el paso de las nubes que traen las lluvias, manteniendo el entorno naturalmente árido. 

A medida que desciende hacia el sur, la Cordillera disminuye en altitud y se convierte en una hermosa barrera contra los vientos excesivos y, en consecuencia, impide la existencia de enfermedades y plagas en los viñedos.

¿De ahí el ejemplo de inmunidad a plagas como la filoxera?

Sí, es la razón por la que Chile se libró del ataque de la filoxera en el siglo XIX. Otra ventaja es la formación de masas de aire, lo que asegura una ventilación controlada, proporcionando un mayor control de la temperatura, además de evitar las heladas y provocar una gran amplitud térmica. 

Las suficientes horas de sol y frío dan lugar a uvas sanas, con una madurez óptima para elaborar vinos de calidad.

¿En qué parte de la Cordillera se encuentran los viñedos?

Muchos viticultores buscan viñedos al pie de la Cordillera para beneficiarse de todo lo que esta cadena montañosa puede aportar, y ahí también entra en juego el trabajo humano. 

Actuando en tándem con la Cordillera, el Océano Pacífico también favorece un número suficiente de horas de sol, ya que, sin la niebla provocada por la corriente de Humboldt, que atraviesa el océano, el sol brillaría con fuerza sobre los viñedos y la maduración se vería muy perjudicada. Así se crea el clima ideal para el cultivo de la vid.

¿Tienen los vinos chilenos un estilo propio?

Hoy en día, con tantas técnicas y facilidad de intercambio, los estilos en todo el mundo son muy variados. Es posible degustar en Chile un vino de estilo francés (más elegante) y también del estilo del Nuevo Mundo (con más cuerpo y más cargado en la madera, con carácter de frutas muy maduras), desde jóvenes a añejos.

¿Cuáles son las principales variedades de vino tinto que se cultivan en Chile?

Cabernet Sauvignon es el tinto más extendido en Chile, pero también destacan Carménère, Merlot, Syrah, Pinot Noir, Carignan, País, Malbec, Cinsault y Petit Verdot.

¿Y entre los blancos?

Destacan Chardonnay, Sauvignon Blanc, Riesling, Sémillon y Viognier.

¿Por qué la Carménère, de origen francés, es considerada la uva nacional de Chile?

Con la devastación de los viñedos franceses por la filoxera, algunas variedades se consideraron extintas en ese país -la Carménère era una de ellas. Sin embargo, se trajo a Chile como Merlot y durante muchos años se confundió. Hasta 1994, cuando Jean-Michel Boursiquot, ampelógrafo (profesional que estudia, identifica y clasifica viñedos) realizó

una investigación genética, comparando el ADN de las variedades e identificó que algunos viñedos conocidos como Merlot eran, en realidad, Carménère.

De este modo, el Carménère resucitó en tierras chilenas.

Aparte de estas variedades populares, ¿qué otras cepas podemos destacar en la producción chilena?

El clima y el suelo chilenos, en general, permiten la adaptación de muchas variedades. Podemos mencionar como destacadas las uvas País y Carignan como grandes diferencias en el país andino. 

La primera produce tintos rústicos, es decir, con taninos firmes y evidentes. La bodega Miguel Torres, que apuesta mucho por el cultivo de esta variedad, ha innovado al producir espumantes con la uva País. Por otro lado, la Carignan se adapta bien a climas más cálidos, por lo que Chile es ideal para el cultivo de esta variedad. 

Es una apuesta tan fuerte de los productores locales que han creado el proyecto Vigno, con vinos realmente increíbles.

¿Qué significa Vigno?

Es la sigla utilizada para los Vignadores de Carignan, una importante asociación fundada en 2009 en Chile, con 14 productores locales que tienen viñedos antiguos de Carignan en el Valle del Maule. 

Los vinos de Carignan Vigno siguen reglas desarrolladas por la asociación: las vides deben tener una edad mínima de 30 años, todas deben ser cultivadas en un área específica del Valle del Maule y el cultivo no permite la irrigación.

Combinado con los factores del terroir local, este método seco produce uvas concentradas de alta calidad. Al menos el 65% del vino debe estar elaborado con Carignan, el 35% restante puede ser de libre elección.

¿Existen normas relativas al almacenamiento antes de la comercialización?

Sí, debe envejecer durante al menos 2 años en barricas o botellas. El objetivo es conseguir la certificación de Denominación de Origen Controlada (D.O.C.), para aumentar la visibilidad de esta variedad en Chile y demostrar que el país tiene la experiencia necesaria para producir vinos Carignan de excelente calidad.

¿Cómo se refleja la alta inversión en prácticas sostenibles en la calidad del vino chileno?

No podemos hablar sólo de la calidad del vino, sino de cómo Chile tiende a ganar aún más visibilidad en el mundo con cada vez más viñas y productores que poseen el certificado de sostenibilidad. En 2011, se creó un Código de Sostenibilidad para promover la producción responsable y el uso sostenible de los recursos naturales.

¿Cómo ha sido la adhesión de las bodegas chilenas a la sostenibilidad?

Chile ha creado varios proyectos con herramientas suficientes para abarcar al mayor número posible de productores. Entre los objetivos se encuentran la calidad de las condiciones de trabajo, la mejora de la posición de los vinos chilenos en los mercados más exigentes, el aumento de la productividad, y la reducción de riesgos y costos (ahorrando energía, por ejemplo).

Y toda esta precaución está dando como resultado productos de alta calidad.

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