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Tesoros de Portugal: las bodegas del singular país ibérico

La historia del vino en Portugal se remonta a aproximadamen- te 2,000 años antes de Cristo. Una época que por sus tierras habitaban grupos grecorromanos y tartessos, uno de los primeros pueblos occidentales, plantaron las primeras viñas en el Tejo y el Sado, en la Península Ibérica.

Desde entonces, este pequeño país se convirtió en un importante productor mundial de vinos, gracias a su amplia oferta de variedades típicas que deleitan el paladar de los amantes de la bebida.El enoturismo es un aspecto destacado en la escena vinícola portuguesa.

Entre una copa y otra del excelente producto local, los visitantes recorren el país disfrutando de la rica historia impresa en aldeas, villas y ciudades bien conservadas, abrazadas por viñedos y bodegas. Un ejemplo es la histórica Vinícola Bacalhôa. Esta quinta histórica tiene en su cartera algunos de los vinos portugueses más renombrados y también es conocida por su inversión en el enoturismo.

A continuación, descubre esta y otras bodegas ultramarinas que merecen una visita y muchos brindis

Icono Portugués

Una de las bodegas más icónicas de Portugal es Bacalhôa Vinhos. La historia de éxito de la empresa, que hasta 2005 se conocía como João Pires & Filhoso JP Vinhos, comenzó en 1979 conel lanzamiento del vino Quinta daBacalhôa, considerado uno de losmejores del país.

Este vino precedió a otro éxito de la marca: elicónico vino Palácio da Bacalhôa. Actualmente, Bacalhôa está presente en siete regiones del país,con 1,200 hectáreas de viñedos repartidos en 40 propiedades (las famosas quintas) y cuatro bodegas para la vinificación.

Además de Quinta y Palácio da Bacalhôa, la marca produce otros vinos famosos como Serras de Azeitão, Catarina, Cova da Ursa, Má Partilha, Quinta do Carmo, Moscatel de Setúbal, Tinto da Ânfora, Quinta dos Loridos, Quinta da Terrugem, Quinta dos Quatro Ventos, Casal Mendes y Alabastro. Esta lista incluye espumantes, tintos, blancos y verdes de la marca Aliança.La Quinta da Bacalhôa, que da nombre al vino, es una de las joyas históricas de la empresa.

La propiedad, ubicada en la parroquia de Azeitão, tiene edificios que se cree inauguraron el estilo arquitectónico del Renacimiento en el país. El lugar fue donado en 1426 por D. Duarte, hijo de D. João I, rey de Portugal, a su hermano, el infante D. João. En los siglos siguientes, pasó a otros propietarios que adornaron sus paredes con los azulejos portugueses de los siglos XV y XVI.

La empresa es famosa por su enoturismo en sus quintas con el proyecto Arte, Vino, Pasión, que ofrece exposiciones y escenarios naturales que combinan arte tradicional y moderno. La colección más inusual del acervo se encuentra en Quinta dos Loridos, en Bombarral, en el centro del país. Se trata de Bacalhôa Buddha Eden, un lugar que recibe su nombre de las estatuas de Buda que decoran su extensa área verde.

Curiosamente, el origen del nombre “bacalhôa” tiene dos versiones. El nombre original de esta propiedad era Quinta do Bacalhau, ya que pertenecía a D. Jerónimo Manuel, quien tenía el apodo de Bacalhau. El nombre podría hacer referencia a Doña Maria Mendonça de Albuquerque, su esposa, quien también habría recibido el sarcástico apodo.

Otra versión atribuye el término a Doña Francisca de Noronha, quien compró la propiedad.

Compañia de Las Quintas

Una de las corporaciones más activas en la vitivinicultura portuguesa, está fuertemente enfocada en la exportación. La compañía posee cuatro propiedades en diferentes regiones del país y 250 hectáreas de viñedos propios. La Quinta da Fronteira, en el Douro, produce los vinos Fronteira blanco y tinto, Quinta da Fronteira Reserva, Grande Reserva, Grande Escolha y Selecção do Enólogo, todos con predominio de variedades portuguesas.

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