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Brindis en Barcelona: La Fiesta del Cava

Estar en Barcelona ya es motivo suficiente para brindar. Y en época navideña, nada mejor que celebrar a la ciudad referente en arte, arquitectura, música y gastronomía con una copa de Cava —sí, el espumante es orgullo de Cataluña, región del noreste de España destacada también por su producción vinícola. La principal zona productora, Penedès, queda a solo una hora en auto o tren de la ciudad.

Además, a finales de año es posible conocer y participar de las peculiares tradiciones catalanas manifestadas en ferias populares y pesebres.

Ruta por Barcelona

Barcelona es la puerta de entrada a numerosas rutas enoturísticas, especialmente a la del Cava —la versión española y catalana del espumante elaborado por el método tradicional, al igual que en Champaña.

Y también una ciudad vibrante que ofrece mucho a los visitantes, desde los mosaicos y formas inspiradas en la naturaleza de las construcciones modernistas del arquitecto Antoni Gaudí (1852-1926), cuyo mayor ícono es la iglesia Sagrada Familia en construcción hace más de 130 años —y cuya mayor “gracia” parece estar en nunca ser concluida— hasta la posibilidad de apreciar obras del periodo de academia de cierto genio llamado Pablo Picasso. 

A partir de finales de noviembre las ferias navide- ñas toman la ciudad.

La más famosa es la Feria de Santa Lucía, frente a la catedral del mismo nombre en el barrio gótico, que conserva numerosas construcciones de la Barcelona medieval.

Entre puestos de comidas y bebidas típicas, se encuentra artesanía navideña compuesta por adornos y piezas de pesebre, además del indefectible Tió de Nadal, un “tronco” que las niñas y niños reciben el 18 de diciembre y deben alimentar y proteger del frío para tener una Navidad llena de golosinas y regalos.

Otra atracción son los pesebres vivos, con actores, que se esparcen por los principales puntos de Barcelona.

Un buen consejo para iniciar cualquier ruta enoturística por Barcelona es visitar el Monumento a Colón, ubicado al final de la Rambla, de frente al mar. En el subsuelo funciona el Punto de Información de Enoturismo y Vinos del Mirador de Colón, un espacio creado por el Turismo de Barcelona para difundir la cultura vinícola española, incluyendo el Cava. 

Identidad Catalana

Al igual que el champán, el Cava es un espumante obtenido mediante una segunda fermentación que ocurre en la botella en bodegas subterrá- neas, debiendo permanecer sobre sus lías por al menos nueve meses, además de cumplir diversas reglas impuestas por la Denominación de Origen Protegida Cava.

Una curiosidad es que la D.O. Cava no es una región continúa demarcada, sino compuesta por varias áreas de producción en Cataluña y también en Navarra, La Rioja y Valencia. Sin embargo, cerca del 95% de la producción se concentra especialmente en Penedès, provincia de Barcelona, región de clima mediterráneo dominada por la belleza del Montserrat.

El espumante posee fuertes características locales, producidos a partir de variedades autóctonas (cepas originarias de la región). Pueden ser blancos o rosados. Las uvas más comunes para la producción de los blancos son Macabeo (Viura), responsable del carácter floral, la Xarel·lo, que aporta cuerpo, y la Parellada, que brinda suavidad y equilibrio; y Garnacha y Monastrell para los rosados.

Recientemente, Chardonnay y Pinot Noir fueron incluidas entre las cepas autorizadas, añadiendo al vino nivel extra de fruta y acidez. Una decisión controvertida, pues altera las características regionales del producto.

Los principales productores se distribuyen por las ciudades de Sant Sadurní d’Anoia, Vilafranca del Penedès y La Granada, donde queda la Bodega Maset (maset.com), productora del Mim Reserva Cava Brut, distribuido en la WineBox Refrescantes de este mes —la bodega no recibe visitas. Todas estas ciudades son de fácil acceso, servidas por la línea R4 de la red ferroviaria Renfe, que parte de la Plaza Cataluña en Barcelona. 

Bodega histórica

La pintoresca ciudad de Sant Sadurní d’Anoia concentra la mayor cantidad de productores de Cava de Cataluña. Codorníu (codorniu.com) es la más antigua —la empresa familiar tiene más de 450 años de tradición vitivinícola. Sus bodegas datan de 1895 y son una de las más significativas obras del arquitecto modernista y noucentista Josep Puig i Cadafalch (1867-1965)—no solo de Gaudí vive Barcelona. Hoy, la bodega es patrimonio cultural español. 

La visita tradicional incluye recepción en la Sala Puig, considerada la Catedral del Cava, exhibición de un film que cuenta la historia de la bodega y producción del Cava, y recorrido por el Celler Gran, un museo y bodega que albergan reliquias como las primeras prensas y el primer espumante elaborado por Codorníu, además de una mesa de aromas para conocer las características de las cepas.

El punto culminante es el paseo en trencito dentro de las cavas subterráneas, que termina  con la tan esperada cata, suspendida actualmente por la pandemia. En su lugar, se ofrece una botella de Cava para degustar en casa. El tour cuesta 16€.

Es posible combinar la visita a las cavas con comidas harmonizadas en el restaurante Le Jardins de Codorníu, con media botella de Cava Non Plus Ultra Brut. Cuesta 44€ por persona. Las actividades deben reservarse. 

Otra visita recomendable es Freixenet, frente a la estación Renfe. El recorrido tradicional incluye recorrido por las cavas centenarias a más de 20 metros de profundidad y derecho a catar dos versiones de Cava —durante el período de restricción se ofrecerá una botella mini del espumante por adulto. Cuesta 15€.

Al mediodía, la opción es la combinación de Cava con embutidos ibéricos, incluyendo el famoso jamón, que según los especialistas de la bodega, potencia todos los matices de la bebida; o bien la armonización con chocolates variados por 18€. Todas las experiencias requieren reserva

A tu gusto

Otra sorprendente localidad de la ruta del cava, Vilafranca del Penedès data del siglo XII y alberga impresionantes edificios medievales, como la Basílica de
Santa María y el Convento de San Francisco, entre otros. La visita al centenario Pinord es obligada.

La visita a los viñedos y la degustación comienzan en 10 euros y pueden llegar a 15 si se incluye un cava Premium. También existe la posibilidad de maridarlo con tapas (39 €) o una selección de quesos (25 €).

¿Y QUÉ TAL HACER TU PROPIO CAVA?

La iniciativa corresponde a Artcava (artcava.com), a unos 10 minutos en auto de Vilafranca de Penedès. El taller debe reservarse, cuesta 49€ e incluye recorrido por la bodega, demostraciones del proceso de producción y cata de los espumantes de la marca.

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