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Envejecimiento del vino: ¿cuanto más viejo sea el vino, mejor?

“Soy como el vino, cuanto mayor me hago, mejor”. La frase comparativa ha sido popular durante mucho tiempo en nuestra cultura. Lo que muchas personas tal vez no sepan es que la máxima no es del todo cierta.

No todos los vinos se benefician del envejecimiento del vino. ¡Compruebe ahora si cuanto más viejo es el vino, mejor!

Para envejecer con calidad, el vino debe elaborarse a partir de una uva sana y de calidad de una región de prestigio y con una buena añada. Además de presentar algunos factores esenciales: es necesario tener una buena base de acidez, tanino y alcohol. Estos factores son los encargados de proteger al vino de los efectos del envejecimiento, es decir, de la oxidación. 

La acidez es un factor muy importante. Sin él, el vino pierde su frescura y parece una bebida de choque. Los vinos blancos, debido a que tienen una carga de taninos muy baja, dependen de la acidez para su longevidad. Los tintos, en cambio, necesitan un equilibrio entre acidez y tanino. Los taninos ayudan a preservar el vino y preservan su color.

Hay algunos vinos que se elaboran específicamente para una crianza prolongada. Estos se denominan “vinos de guarda”. Son vinos que aún pueden resultar un poco toscos cuando están listos con las características no bien integradas.

Se necesita un tiempo almacenado en botella antes de ser consumido para que sus características sean domesticadas y así volverse más delicadas al paladar.

Uno de los vinos de guarda más famosos es el Barolo. Producido en la región italiana de Piamonte, pueden pasar más de 10 años en botella para alcanzar su punto máximo. 

Maduración del vino

A diferencia de la crianza, que ocurre en botella, la maduración se refiere al período en el que el vino permanece en etapa antes de ser embotellado. Puede ser en toneles de madera, huevos de hormigón, tanques de acero inoxidable e incluso ánforas de arcilla.

El envase actúa como refinador del vino, haciéndolo más equilibrado y complejo, e influye en su estructura, aportando aromas y sabores. 

Varios vinos se someten a esta maduración, incluso los vinos que no están destinados al almacenamiento. Por tanto, es habitual encontrar vinos jóvenes maduros en el mercado. Estos vinos se elaboran de tal forma que se equilibran en taninos, acidez y aromas desde el principio. Se producen para ser consumidos dentro de los dos o tres años posteriores a su lanzamiento.

Si se conservan durante mucho tiempo, pueden perder su perfil inicial, las características que el enólogo quería imprimir en ese ejemplar. Exactamente lo contrario de los vinos de guarda.

Tengo una etiqueta y quiero ‘conservarla’: 4 consejos para envejecer tu vino 

  • Mantenga los vinos alejados de la luz solar directa;
  • La temperatura ideal para la crianza de los vinos es entre 10º y 13º grados: evita variaciones de temperatura.
  • Mantenga la humedad alrededor del 75%;
  • Cuida los corchos. Mantenga siempre las botellas en posición horizontal para que el tapón mantenga el contacto con el líquido y gírelas suavemente con frecuencia.

El vino almacenado en un lugar inadecuado envejece cuatro veces más rápido y cuando sufre variaciones de temperatura, es más probable que desarrolle defectos. 

¿Has decidido almacenar el vino por más tiempo? El siguiente paso es comprender cuál es la mejor opción para su etiqueta: ¡guárdela de pie o acostada!

El origen del mito del envejecimiento del vino

El mito de que cuanto más viejo mejor es el vino parece ser muy antiguo y está relacionado con el antiguo proceso de elaboración de la bebida. Los vinos jóvenes recién fermentados eran “duros”, tánicos y difíciles de beber. 

Necesitaban envejecer para recuperar el equilibrio. Sin embargo, a lo largo de los siglos y el desarrollo de las técnicas de elaboración y el conocimiento, los vinos llegan al mercado listos para ser consumidos.

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